RESERVA NATURAL HOCES DEL CABRIEL
El patrimonio medioambiental de Iniesta posee un atractivo turístico de enorme interés, fundamentado principalmente en la parte del término municipal iniestense que se ubica en la margen derecha del cauce del río Cabriel, donde, además, se localiza la Reserva Natural de las Hoces del Cabriel, declarada como tal en octubre de 1995 por la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.
La Reserva Natural de las Hoces del Cabriel, la más amplia de la provincia de Cuenca, cuenta con 1.662 hectáreas, de las que 530 se encuentran completamente protegidas. La Reserva está situada más abajo de la presa de Contreras y cuenta con 12 Km. a lo largo de la margen derecha del río Cabriel, en los términos municipales de Minglanilla e Iniesta (precisamente la Reserva acaba en la pedanía iniestense de la Ribera de Vadocañas, donde se puede contemplar el gran puente del siglo XVI sobre el río Cabriel, el Puente de Vadocañas). Este espacio natural está incluido también en la Red Natura 2000 y es LIC y ZEPA. Existe un recorrido interpretativo de 3 Km., hasta el paraje conocido por los Cuchillos del Cabriel, muy recomendable para el turismo familiar y de naturaleza. Los aspectos más sobresalientes de esta Reserva son los relacionados con: la geología del paisaje, con espectaculares formas pétreas erosionadas caprichosamente por el paso del tiempo; la fauna, muy diversa por los diferentes espacios de hábitats (rocoso, fluvial, de ribera…), destacando la existencia de especies como cabra montés, águila real, halcón peregrino, nutria, tejón gineta, etc.; y la flora, que también participa de la diversidad de una vegetación propia de los diferentes espacios de habitabilidad: bosque de tipo mediterráneo, vegetación rupícola y vegetación de ribera fluvial. Así, plantas de matorral como la coscoja, el madroño, el espino silvestre, el lentisco, etc., conviven con la sabina mora, los cañaverales, carrizales, los álamos blancos o los tarayales. Todo un espectáculo de la naturaleza para el disfrute de cualquier visitante.
Texto y fotografías de Javier Cuéllar Tórtola
